¡No da lo mismo!
Subimos el Cerro Tronador con un grupo de 60 personas, un equipo de trabajo que conformaba el Área de Finanzas de un Banco. En la preparación para dicho desafío nos enfrentamos al dilema de si permitir que el grupo se estire y los más aptos físicamente puedan ir al máximo de sus posibilidades o si manteníamos el grupo compacto, reagrupandose en frecuentes paradas.
La alternativa de que cada uno ascienda al máximo de sus posibilidades cubría la ansiedad y expectativa de los que se encontraban en buena forma física, pero generaba también el decaimiento y la “soledad” de los que quedaban relegados al final de la hilera. En tiempo significaba una diferencia de dos horas adicionales que tomaría cubrir desde Pampa Linda (base) hasta el Refugio Otto Meiling. En un principio parecía imposible lograr que los primeros puedan “sacrificar” ese tiempo en pos de permanecer juntos ya que en las reuniones de preparación, su preocupación era cuánto tardaríamos en llegar.
La segunda alternativa, la del grupo compacto, tenía la gran ventaja de reagruparnos en forma frecuente, mezclarse unos con otros, usar la técnica de que “el más lento” fuese en el medio de la hilera en las partes más empinadas adoptando el ritmo del grupo general, y así estar más controlado. La contra era la ansiedad de los “rápidos”; a los que habría que frenar en la delantera exigiéndoles que respeten el ritmo del Guía, y que vayan siempre detrás suyo.
Finalmente optamos por la segunda alternativa, ir todos juntos como equipo, gracias al compromiso y apoyo del líder del Banco. Comenzamos el ascenso y sin darnos cuenta se fue generando un ritmo que ya no tenía que ver con las posibilidades personales de cada uno sino con la capacidad de todos.
Durante el ascenso, en cada parada, se daba un momento para comer algo, hidratarse y compartir el “viaje”. Esta alternativa eliminó las diferencias, los que en un principio creían que no podrían se sintieron parte. El mayor regalo fue la aproximación final al refugio en el cual 60 personas, más el grupo de trabajo de 18 guías, médico, etc. logramos vivir una experiencia única e irrepetible para todos, no era lo mismo llegar solo que llegar todos juntos…