¿Ya encontraste tu diamante?

Cuando veo padres desesperanzados con sus hijos y/o también a chicos que se sienten fuera de sistema; a los que este les dice que no sirven para nada, y no solo eso sino que además sienten que esa valoración es una verdad definitiva: “vos sos así y no tenes arreglo”. Pienso que ese sentir es un gran error, una falla del sistema. Eso fue lo que sentí yo a nivel Escolar y Universitario. Si bien para muchos estas instituciones fueron útiles, mi foco son a los que no les fue funcional…

Mi experiencia fue que hasta inclusive en mi juventud no sabía para donde ir y que todo lo que me gustaba no parecía ser “trabajo” sino más bien hobbies o gustos. Si bien estaba convencido de que no podría cambiar y que trabajar sería una pesadilla (olvidate de pensar en pasión, transformación o plenitud), nunca dejé de buscar y de estar insatisfecho con esa forma de vivir. Mi quiebre fue cuando le pedí ayuda a mi abuelo para irme a estudiar a USA, y jugarme por algo más afín a mí. Hice todo el proceso, mejoré en inglés, aprobé exámenes, homologué lo que había hecho en la UCA y terminé en California estudiando Comportamiento Organizacional. Me encontré con un mundo opuesto al que yo había conocido, pasé de un lugar en que me decían que “la verdad es esta y sino no existís”; a otro en el cual me decían “sos maravilloso por lo que sos vos, quiero saber qué opinas y me hace muy feliz que estés acá”. Esto fue así literal y lo más increíble fue recordarme en época de colegio escondido debajo de la cama para seguir durmiendo o en las clases de la UCA cual ameba semi dormido, comprando resúmenes fotocopiados para estudiar en un minuto para un parcial; a esta nueva realidad en la que me desesperaba por participar en clase, por leer el material, o hacer las dinámicas de grupo. Estoy convencido de que todos tenemos un DIAMANTE para dar, y es nuestra responsabilidad descubrirlo. Y como padres, junto con el colegio, nuestra posibilidad es lograr sacarlo y pulirlo, y no definir que uno pueda ser o no valioso. Y aunque a veces no parezca o nos cueste descubrirlo, ese diamante siempre está ahí, esperando ser encontrado. ¡No dejes de buscarlo!