¿Sólo vale el Oro?

Estoy seguro de que si nos lo preguntamos en frío, la mayor parte de nosotros diríamos que no, que lo más importantes es el proceso, que lo que más importa es participar, ser parte etc, etc… Pero a veces la realidad nos muestra otra cosa y somos nosotros mismos los que actuamos de manera en que pareciera que lo único que nos conforma o lo único que admiramos en otros es la obtención del Oro. Sólo hace falta pensar en el Mundial de Fútbol o en algunos episodios recientes de los JOJ de la Juventud, o peor aún, cuando nos toca valorar nuestros propios logros.
A veces no vendría mal preguntarnos “¿para qué jugamos?”, ¿para qué hacemos lo que hacemos? Quizás allí encontremos un respuesta que nos permita ver más allá de un resultado en sí, y relativizar un poco el momento, quitarle trascendencia. Paradójicamente esa perspectiva nos puede ayudar a tener más claridad en momentos en que nos supera la tensión.

Como las enseñanzas del Samurai quien dice que la única forma de romper un pedazo de madera con la mano es poniendo el foco más allá del objetivo. Si damos el golpe sólo mirando el punto se hace imposible lograrlo, en cambio si miramos más allá de nuestro objetivo, es ahí donde logramos el impacto necesario para alcanzarlo!.