Legalmente terminado

Viví una adquisición, es decir, trabajando en una empresa esta fue adquirida por otra. Llegó el momento de avanzar y comunicar a los clientes la nueva relación legal que pasaban a tener. Los abogados se ocuparon de ser claros y nos avisaron que todos recibirían un “negative consent letter” que significa que si uno no decía nada, pasaba a ser cliente de la nueva razón social, y que solo si uno no quería pasar tenía que comunicarse para rechazarlo. Los términos de la carta eran terribles, con poco marketing,, con terminología como “la relación con su antiguo proveedor a sido legalmente terminada…”.

Nos avisaron que los clientes iban a recibir esta carta en 30 días, lo que daba tiempo para intentar aplacar el impacto que ésta pudiese tener. La verdad es que la gran mayoría no hizo mucho para amortiguar la carta en sí, y más bien comunicaron el nuevo nombre y nada más. Solo hubo uno de los asesores que vino a pedir un poco de info extra y se dedicó todo el mes a llamar uno a uno para contarle la buena nueva, y explicar que se venía una carta pero que no quería decir nada, que en definitiva era una muy buena movida para ellos, lo cual era completamente cierto.

Una vez que llegó la carta empezaron las quejas masivas, diciéndonos cómo podía ser, que éramos pésimos en enviar una carta así, que eran ellos los que querían terminar la relación, etc.. Hasta que me encontré con el distinto, le pregunté cómo andaba y me contestó increíble, feliz, a los clientes les llegó la carta y me llaman para felicitarme, para agradecerme lo bueno de esta nueva etapa… la misma carta pero dos resultados bien diferentes. Dicen que no hay UNA verdad sino interpretaciones de la misma, no podemos cambiar los hechos pero si la forma en cómo los vemos.